Alda Merini
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Mi nombre es Alda Merini, y nací en Milán, Italia en 1931. No tuve una vida fácil, pues pasé durante años, por diferentes instituciones y hospitales psiquiátricos, lo que me propició experiencias de aislamiento y sufrimiento. Mi familia era humilde, y pronto descubrí en la poesía el instrumento para expresar todo lo que llevaba dentro, lo que mi mente y mi alma encerraba. Dicen de mí que soy la poeta italiana más importante del siglo XX y que mi poesía es intensa, ardiente y ligada a la vida, al amor, brutal a veces, pero siempre coherente y profundamente emotiva.
Me crié en los canales de Navigli en Milán, un sitio atractivo con grandes casas, donde la vida popular se caracteriza por ser rica en pasión humana. Rodeada de pequeños comercios que siempre frecuentaba, entre los que destaca la librería “Il Libraccio”, espacio de encuentro e intercambio cultural que me llenaba, y también el antiguo bar “Quimera”, cuya característica principal era estar lleno de objetos curiosos y libros. Estos lugares me aportaron un mundo único, donde yo desarrollé mi vida y me llenó de recuerdos. Pero determinados “problemas” en mi mente, me tuvieron largos períodos internada en instituciones de salud mental. Recuerdo aquello como el lugar de sufrimiento y aniquilación, deteniéndose mi producción poética. Pero tras este largo silencio de palabras sentidas y de sentimientos escritos, se produce en mí un renacimiento con una explosión de poemas que hablan de dolor, pero también de amor, de las tragedias humanas vividas durante mi encierro psiquiátrico. |
Estos lugares me aportaron un mundo único, donde yo desarrollé mi vida y me llenó de recuerdos. Pero determinados “problemas” en mi mente, me tuvieron largos períodos internada en instituciones de salud mental. Recuerdo aquello como el lugar de sufrimiento y aniquilación, deteniéndose mi producción poética. Pero tras este largo silencio de palabras sentidas y de sentimientos escritos, se produce en mí un renacimiento con una explosión de poemas que hablan de dolor, pero también de amor, de las tragedias humanas vividas durante mi encierro psiquiátrico.
Uno de los poemas que mejor define esto es “El albatros”: Fallecí el 1 de noviembre de 2009.
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