Harriet Taylor Mill
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Fue una filósofa que nació en Londres el 8 de octubre de 1807 y falleció el 3 de noviembre de 1858 por un colapso respiratorio.Tenía 19 años cuando se casó con John Taylor, con el que tuvo dos hijos y una hija. Él falleció de cáncer en 1849. Posteriormente se casó con John Stuart Mill, uno de los pocos hombres del momento que defendió el sufragio universal, es decir, el voto de las mujeres, y que ellas fueran incluidas en todos los ámbitos civiles. Compartían el interés por los Derechos Humanos y en concreto, por los derechos de las mujeres. Cuando Harriet y Mill se casaron, hicieron una declaración formal en la que renunciaban al abuso de poder que dicha institución otorgaba al marido.
Harriet Taylor Mill colaboró mucho con John Stuart Mill en sus textos, aunque firmó poco de lo que hacían en común. Mill fue un gran defensor de la libertad de la mujer, pero aun así pensaba que poner la firma de su esposa devaluaría sus libros. Personal de la crítica y la historia aun debaten acerca de cuánto escribió Harriet Taylor Mill de los libros de su marido. La emancipación de las mujeres, publicado en 1851, tiene la firma de Mill, sin embargo, de este texto es considerada autora principal a Harriet. Taylor Mill. El ensayo recoge muchos de los argumentos de la liberación de las mujeres, profundizando en la conveniencia de que las mujeres puedan trabajar fuera del hogar. Harriet exigía terminar con la aristocracia del color y del sexo. Se preguntaba cómo era posible que en su país se hubiera ilegalizado la esclavitud y se estuviera tratando a todos los hombres como ciudadanos, mientras no se había hecho nada por mejorar la situación de las mujeres. |
Para Harriet y Mill, la cuestión de la educación de las mujeres era el punto principal en la carrera hacia su emancipación. Lo malo, según Harriet y Mill, es que la educación había lastrado la evolución de las mujeres y se había utilizado como instrumento de dominación: se les enseñaba desde niñas a no tener iniciativa y a someterse a la voluntad de los demás.
En sus análisis y discursos, defendían que era igualmente inaceptable que las mujeres no pudieran decidir por sí mismas sobre la gestión de sus patrimonios, sus propias vidas y las de sus hijos e hijas. Si realmente eran incapaces, decían, la propia competencia las dejaría fuera, y si eran capaces, deberían tener ocasión de demostrarlo, porque la vocación natural de las mujeres no era exclusivamente el matrimonio y la maternidad. Consideraban una profunda injusticia excluir a la mita de la humanidad de las profesiones lucrativas. Llegaron más lejos aun cuando afirmaron que la mayor parte de los varones no podían aceptar la idea de que sus compañeras fueran sus iguales, ante lo que Harriet dijo lo siguiente: “Muchas mujeres son esposas y madres solo porque no tienen otra opción, otra salida para sus sentimientos y actividades”. “Negamos que una parte de la especie humana decida por la otra parte, o que un individuo decida por otro cual es su lugar. El lugar de todos los seres humanos es el más alto y amplio que sean capaces de alcanzar, y esto no es posible sino con una completa libertad de elección” |