Hildelgarda Von Bingen
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Allá por el año 1098 nació en Alemania Hildegarda Von Bigen, la décima hija de la familia., considerada por ello como el diezmo para Dios, y por tanto, consagrada desde su nacimiento a la vida religiosa. Como en el convento cercano a su casa no había plazas, la llevaron a una ermita de mujeres adosada a un convento de monjas a sus 8 años,. Allí viviría 30 años más.La comunicación con el exterior era solo una ventana, pero había un pasillo que conducía a un jardín lleno de hierbas aromáticas y vegetación, donde Hildegarda comenzó a estudiarlas y de ahí su amor y vocación por la medicina fue creciendo.
Sobre los 14 o 15 años hizo los votos para ser monja. Era una joven muy dotada, por lo que aprendía con rapidez, escribía libros, tocaba varios instrumentos y componía (canciones y una ópera) A partir de 1136 y hasta su muerte fue abadesa, y entre 1147 y 1150, y después de duras batallas, fundó su propio monasterio en un poblado de Bingen. También consiguió la independencia de su convento. Aunque en la época dependían de los monjes, ella consiguió que tuvieran la misma categoría, así podrían las monjas ocupar los mismos sitios que los monjes y podrían cantar. Hildegarda era mística, aunque nadie se lo reconocía, pero el papa Eugenio III confirmó este don en 1147. La mística alemana y también la filosofía alemana comenzaron con Hildegarda, aunque durante mucho tiempo se le atribuyó el mérito al maestro Eckart, a pesar de que él mismo se refirió a ella explícitamente. |
Hizo muchos viajes, incluso, salía a predicar, otra cosa que no estaba permitido en aquel tiempo a las mujeres.
Fundó un segundo monasterio en el que aceptaba a hijas de burgueses, y no solo de nobles, con esto estaba dando otro paso revolucionario para la época. Fue una mujer tan revolucionaria que se enfrentó con los superiores de la Iglesia en muchas ocasiones, y no fue hasta el siglo XV cuando la Iglesia se reconcilió con su persona. El papa Juan Pablo II la reconoció como “mujer santa”. La visión y la teoría que Hildegarda tiene del ser humano y del puesto de este en el mundo es la propia de la Edad Media: el ser humano forma parte del mundo, pero en la jerarquía de los seres las personas estamos por encima de los demás seres, animales y plantas. Piensa que estamos compuestos por cuerpo y alma y que ambas partes se necesitan mutuamente, por eso aconseja que cuidemos nuestro cuerpo. Tiene numerosas obras, la mayoría religiosas, pero también tiene un libro sobre el reconocimiento y tratamiento de algunas enfermedades. Se ocupó de la medicina, de la filosofía y también escribió tratados sobre historia natural. Fue una mujer muy polifacética que aparecía en público cada vez que era necesario, daba consejos a muchas personalidades de la vida pública y mantenía correspondencia con papas y reyes. |