Joana Biarnés i Florensa
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Hace ya algunos años, rondando el año 1935 en una ciudad de Barcelona llamada Terrasa, nació una niña a la que sus padres llamaron Joana Biarnés i Florensa. ¿La conocéis?
Joana acudía a una escuela municipal, y al ir creciendo se convirtió en una joven atrevida, luchadora y carismática, pero por lo que más destacaba y por lo que todo el mundo la conocía, era por su afición a las fotos, aunque al principio, lo hacía por ayudar en el laboratorio a su padre, que también era fotógrafo. Esta afición se convirtió en el sueño de Joana: ella quería ser fotoperiodista, a pesar de que la gente le decía: -¡¡Eso es un trabajo de hombres!! Pero Joana no estaba convencida de ello, poco tiempo después, se matriculó en la Escuela de Periodismo de Barcelona. Sin embargo, tras finalizar su carrera, descubrió que le cerraban las puertas para trabajar, por lo tanto, lo que ella hacía era seguir ayudando a su padre. Un día Joana acompañó a su padre a hacer fotos a un campo de fútbol, y cuál fue su sorpresa cuando el árbitro se acercó a ella y le dijo: - ¿Qué haces aquí? - Pues soy fotógrafa, así que fotos. – Contestó Joana. - ¿Fotos? La fotografía es un trabajo de hombres. – Dijo el árbitro. |
Así que Joana le mostró orgullosa su carnet acreditativo; pero a pesar de ser fotógrafa y cubrir en algunos momentos a su padre, solo por ser mujer, en ocasiones fue objeto de una fuerte hostilidad. Aún sí, Joana no cedió y se convirtió en la primera fotoperiodista española. A partir de ese momento, comenzó a trabajar en muchos acontecimientos sociales de la época: pudo fotografiar a los Beatles en Madrid, o a otras grandes personalidades, como Orson Welles, Audry Hepburn, Dalí o Buñuel.
Joana, siendo la única fotógrafa en un mundo de hombres, hacía fotos diferentes y excelentes en partidos de fútbol, portadas de discos, moda, retratos… Todo esto la llevó también a convertirse en la fotógrafa oficial de Raphael. Su trayectoria profesional también la llevó a fundar una agencia de fotografía con un grupo de compañeros. En 2014 la Generalitat de Cataluña le concedió la Cruz de Sant Jordi y tres años después presentó su libro “Disparando con el corazón”. Y en diciembre de 2018, a los 83 años, a Joana le abren las puertas del cielo. ¡Y colorín colorado, el cuento de Joana hemos “fotografiado”! |