María de Maeztu
|
Yo soy María Maeztu nací el 18 de julio de 1881 en Vitoria (España). Fui maestra, pedagoga, directora, conferenciante y feminista y como otras tantas mujeres, f olvidada por una historia que me negó el lugar y el reconocimiento que me merezco.Como recogen mis palabras, mi vida estuvo destinada a mejorar la situación de la mujer española a través de la educación, a través de una formación integral que fomentase y favoreciese su participación “igualitaria e integral” en la sociedad y cultura de la España de mi tiempo.
Fui estudiante de Magisterio, discípula de Ortega y Gasset y becaria de la Junta para la Ampliación de Estudios, para completar mis estudios en varios países europeos. Y, de lo que más orgullosa me siento, es que fui pionera en la lucha por la educación de las mujeres en España, una labor que desarrollé durante toda mi carrera como docente, desde que comencé en una humilde escuela, ubicada en el barrio de Las Cortes de Bilbao, hasta mi establecimiento en Madrid, donde trabajé para que las jóvenes pudieran tener la mejor formación universitaria posible. En 1915 fui la encargada de desarrollar el primer proyecto educativo para la mujer, la Residencia de Señoritas, a imagen de la Residencia destinada a los hombres, que fue un espacio no sólo de formación sino también creativo y cultural para sus muchas participantes. |
En 1918 fui la responsable de la fundación del Instituto Escuela, ampliando así el ideario de la Institución Libre de Enseñanza a primaria y secundaria, precisamente fui Directora del Área de Primaria.
En 1923 fui designada miembro de la Asamblea Nacional, junto con otras 12 mujeres que destacaban por su posición social o por su carrera profesional. Mi labor sirvió para que la mujer fuera aceptada por primera vez en un mundo de hombres, pero resultó ineficiente ya que sólo tenía cierto carácter consultivo. En 1926 fundé junto con otro grupo de mujeres el Lyceum Club, cuyo objetivo era intentar facilitar a las mujeres españolas, recluidas hasta ahora en casa, el mutuo conocimiento y la mutua ayuda. Queríamos suscitar un movimiento de fraternidad femenina. El Lyceum fue maltratado y vituperado por la mayor parte de la prensa y de la sociedad madrileña más conservadora, e incluso por el clero. En 1936 me marché a Argentina como exiliada ya que las autoridades republicanas me obligaron a dejar la dirección de la Residencia de Señoritas. Allí fui profesora en la Universidad de Buenos Aires. Fallecí el 7 de enero de 1948 en Mar del Plata (Argentina). |